por Nicolás Martín Cassanello
El pasado 10 de Diciembre tuvo lugar la ceremonia de jura y asunción del cargo por parte de la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner.
En su primer discurso ante la Asamblea Legislativa, la presidenta (re) electa formuló un repaso de las principales medidas y logros concretados durante el período 2003-2011, al que calificó como el "de crecimiento más largo en sus 200 años de historia".
Es así que se refirió al impulso a jucios contra represores, al incremento de las reservas del Banco Central, al desendeudamiento y canje de deuda soberana, a la Ley de Servicios Audiovisuales, entre otros temas. Fiel a su estilo, la alocución de CFK estuvo plagada de estadísticas sobre el crecimiento económico, las prioridades del gasto público, la deuda externa y las condiciones laborales, entre otros datos (las cuales pueden ser verificadas en este post del sitio web Chequeado.com)
Cristina dixit.
En lo que aquí nos importa, la presidenta dedicó buena parte del discurso a la política de comercio exterior desarrollada por su gobierno en los siguientes términos:
“Otro de los ejes fue finalizar con esa dicotomía de mercado interno o exportación. Y gracias a duplicar nuestro comercio exterior respecto de la década de los 90, que era del 17 por ciento, hoy estamos entre el 34 y el 35 por ciento, más que duplicando, pudimos generar superávit comercial que este año ya, al mes de noviembre, llevamos más de 10 mil millones de dólares de superávit comercial.
(...)
Pero también permitió otro de los puntales del modelo, la acumulación de reservas. Acumulación de reservas que al día de hoy ascienden a 46.368 millones de dólares, después de haber pagado, a través del FONDEA, años 2009 y 2010, a tenedores de títulos privados y organismos multilaterales de crédito, la suma de 26.316 millones de dólares. (…)
Nada de eso tampoco hubiera sido posible si no hubiéramos virado estratégicamente la dirección de nuestra economía y de nuestra mirada. La volvimos casa, la volvimos al continente, a la América del Sur, al MERCOSUR, porque sabemos que aquí, que en la integración regional, está una de las mejores defensas que podemos tener contra un mundo difícil y plagado de desafíos que debemos enfrentar.
He dado orden a mis ministros de la necesidad de hacer sintonía fina. Para ello también he dispuesto que, en el ámbito del ministerio de Economía, se cree una Secretaría de Comercio Exterior que, junto a la Secretaría de Comercio Interior, como en todos los países del mundo el comercio no es a dos bandas, es una sola banda, bajo la égida y la órbita del ministro de Economía y con la dirección de la Presidenta de la Nación, Comercio Exterior y Comercio Interior sean al mismo tiempo las dos caras de una moneda que es el comercio de la República Argentina que es una sola y que no puede estar dividida.
Porque, ¿saben qué me tocó observar en estos cuatro años de Presidenta? Claro, desde el año 2003 al 2007, era todo una ola impresionante de cosas que había que resolver, agujeros que había que tapar. Pero luego, cuando las cosas van ordenándose, uno puede observar con mayor precisión y uno ve que hay muchas ventanas separadas en el Estado con los mismos fines y, entonces, los que ya tienen gimnasia de años en estas cosas, van tocando diferentes ventanas a ver qué pueden sacar. Y la falta de conexión muchas veces y de armonización entre las propias áreas del Estado, nos convierte en un Estado bobo y yo quiero ser cualquier cosa, menos boba...”
Paglieri dixit.
Ese mismo día, en horas de la tarde el flamante Ministro de Economía Hernán Lorenzino presentaba a los titulares de las diversas Secretarías a cargo de la cartera: Axel Kicillof (Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo), Andrés Iturrieta (Secretaría Legal y Administrativa), Juan Carlos Pezoa (Secretaría de Hacienda), Adrián Cosentino (Secretaría de Finanzas), Guillermo Moreno (Secretaría de Comercio Interior) y Beatriz Paglieri (Secretaría de Comerio Exterior).
Paglieri es una funcionaria de confianza de Moreno, previamente se desempeñó como directora del Indec durante 2007 (controvertida gestión que ha ocasionado una alarmante pérdida de credibilidad y confianza pública en dicho organismo) y representante del Estado en el directorio de Papel Prensa en 2009, su designación debe ser leída como una profundización del modelo de “comercio administrado” (¿por qué no "digitado"?) que se viene desarrollando en los últimos años.