20 de marzo de 2014

Excelente desempeño del Puerto de Santa Fe en 2013

por Nicolás M. Cassanello

Recientemente el Ente Administrador del Puerto de Santa Fe dio a conocer
información que revela el crecimiento exponencial del movimiento de carga.
Este desempeño no me sorprende, ya que algunos meses atrás lo anticipamos al participar de un Simposio sobre comercio internacional, y que posteriormente fue compartido en esta entrada.
Además, nuestro Estudio participó en el asesoramiento y gestión de buena parte de las exportaciones de graneles, por lo que me considero un testigo privilegiado y colaborador directo de esta elocuente performance.

El texto publicado por diario El Litoral señala:
El Ente Administrador del Puerto de Santa Fe presentó ante la Mesa de Entidades Productivas el informe sobre el desenvolvimiento de la estación fluvial el año pasado, en el que se destacan datos que avalan el incremento del movimiento de contenedores, la evolución de graneles y la sostenida inversión inmobiliaria en esa jurisdicción. 
A ello se suma la evolución de la mano de obra, especialmente la generada por contenedores. “No se pone en duda que los factores que condicionan la rapidez, la calidad y el costo de la manipulación son múltiples, pero es el elemento humano, representado por la mano de obra, el que debe ser considerado como el factor esencial y determinante”, se resaltó. 
El informe del Ente actualizó la cifra sobre toneladas a granel que movió el puerto en los ciclos anteriores hasta el año pasado. 
Así, la grilla de evolución señala que en el período 2006/2009 el total de toneladas en elevadores fue de 50.914, pero que en el 2010 ya alcanzó las 111.328 toneladas, cifra que se extendió a 161.433 en 2011, 173.256 en 2012, hasta sumar 236.465 toneladas el año pasado

El espacio dedicado a la evolución del movimiento de contenedores reparó en un crecimiento notable desde que el puerto incorporó dicha actividad. En el período 2006/2009, operaron 98 unidades, que se ampliaron a 200 en 2010, a 987 en 2011, siendo más evidente lo sucedido entre 2012 y 2013. En 2012, se destacó el movimiento de contenedores que se elevó a 3.088, cifra que creció ampliamente el año pasado, cuando en la estación fluvial santafesina operaron 18.229 contenedores. 

Durante el encuentro, los directivos del Ente destacaron, ante los representantes de las entidades, el desenvolvimiento del cluster de oficinas administrativas que funciona en la jurisdicción para atender la labor vinculada con los contenedores, como logística, despachos de aduana, saneamiento ambiental y comercialización y transporte. 

Otro aspecto destacado del informe refiere a las inversiones localizadas en el ámbito del puerto capitalino. Las empresas dedicadas a elaborar alimentos, registraron el año pasado fuertes erogaciones. La firma Alimentos Vida destinó U$S 1.700.000 para construir oficinas y salón de usos múltiples en una superficie cubierta de 1.950 metros cuadrados. Por su parte, el grupo Sancor anunció la decisión de invertir U$S 5.100.00 para oficinas, consultorios y gimnasio. En el Dique 2 las inversiones son destinadas para completar el proyecto de torres, una de las cuales ya está finalizada (torre 1). Se destacó la inversión de U$S 6.940.000 para la construcción de la torre 2 (superficie cubierta: 7 mil m2) y de U$S 5 millones (superficie cubierta 12.900 m2) para la torre 3.
Los datos transcriptos más arriba permiten suponer que el 2013 fue un año perfecto para la terminal local, pero dos graves acontecimientos empañan notablemente el festejo.
El primero de los golpes llegó con el dictado de la tristemente célebre Disposición 1108/2013 de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación (sobre la cual expresamos parte de nuestras críticas en otra entrada del blog) que restringió los trasbordos de exportaciones argentinas en puertos uruguayos.
La medida ha perjudicado notoriamente a los puertos ubicados de San Lorenzo al Norte -Santa Fe, Diamante, Barranqueras- que encontraban en la terminal montevideana una excelente alternativa a las opciones que ofrecía Buenos Aires (en donde además se debe lidiar con gremios argentinos, aduaneros argentinos, y otros organismos públicos argentinos).
Desde entonces, las exportaciones fluviales desde la capital santafesina tienen una sola y exclusiva vía de salida, apoyados en el servicio que brinda la línea de barcazas CARE, que conecta con las Terminales porteñas.

El segundo mazazo fue asestado por el Decreto 2014/2013 del Poder Ejecutivo que elevó las alícuotas de los derechos de exportación del cinco al 32% para las premezclas para alimentación animal.
Esta mercadería representó el 84% de las exportaciones totales embarcadas desde el puerto, y el aumento arancelario del SEISCIENTOS CUARENTA POR CIENTO exterminó un circuito virtuoso que el año pasado brindó trabajo a unas 75 personas por día.
Más allá de las presiones que ejercieron ciertos sectores para entorpercer (cuando no para impedir, lisa y llanamente) estas exportaciones, entiendo que se podría haber fijado un aumento de alícuotas más moderado, ya que cobrar el cinco o diez por ciento de derechos sobre "algo" es preferible a percibir el 32% de "nada".

Cabe mencionar que no hay indicios de que las autoridades nacionales revean las medidas explicadas, al menos en el corto plazo.
Las amenazas, lamentablemente se hicieron realidad, y colocan al Puerto de Santa Fe (en rigor, a la comunidad, los empresarios, las autoridades locales y provinciales, los actores sociales) frente al desafío de divulgar, maximizar y aprovechar las ventajas que la plaza ofrece a los dadores de carga del centro-norte argentino y ofrecer una alternativa complementaria (no competitiva) para los puertos de up river.
A poco de comenzar la cosecha gruesa, es momento de  arremangarse y regresar a la trinchera.
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19 de marzo de 2014

Atragantados

Comaxurros, todos los créditos para Brosmind.com
por Nicolás M. Cassanello

Me enteré de la existencia de la denominada sobrecarga informativa (information overload en inglés) gracias a un artículo publicado por la revista Apertura, en septiembre de 2009 (se puede consultar aquí).
La nota describía el agobio provocado por la proliferación de datos que nos llegan no sólo a través de los medios gráficos, la radio y TV, sino también -y especialmente- vía mensajes de textos, mensajería instantánea (WhatsApp, Line, Viber, Blackberry Messenger), correos electrónicos, páginas webs, blogs (como éste), redes sociales, entre otros medios.
Más que bombardeo de información, a menudo parece que nos encontramos apuntados por armas de destrucción masiva. De pronto leemos o escuchamos “recrudece el conflicto en Crimea”, y al alcance de nuestra mano podemos consultar nuestro smartphone y descubrir que la zona comprende a una península situada en el norte del mar Negro, con una extensión similar a Sicilia.
Sin lugar a dudas, se trata de una posibilidad tan fantástica como perturbadora, ya que corremos el permanente riesgo malgastar nuestro tiempo (finito, como nuestra vida) en asuntos irrelevantes. En este sentido, el artículo de Apertura señalaba que “el 28 por ciento del tiempo de una jornada de trabajo se pierde en interrupciones causadas por información innecesaria. Además, el 53 por ciento de la gente cree que menos de la mitad de la información que recibe es valiosa. El 42 por ciento de los encuestados utiliza, una vez a la semana, esa información por error.”

Esta sobrecarga informativa es aún mucho más pronunciada cuando se trata de asuntos vinculados al comercio exterior argentino. Es que buena parte de aquella infobesidad se explica por la actividad desplegada por nuestros organismos públicos, que ostentan una pantagruélica debilidad por emitir normas legales y reglamentarias bajo el nombre de Resoluciones Generales, Resoluciones, Disposiciones, Instrucciones Generales, Comunicaciones, y una larga lista de etcéteras.
La tendenciase pronuncia aún más cuando se acerca la temporada estival. Efectivamente, en los últimos años, mientras “estalla el verano” las autoridades aprovechan para levantar polvareda implementando alguna que otra bomba reglamentación. A esta altura, toda persona que desarrolla actividades vinculadas al comercio exterior se encuentra prevenida; resignados esperamos darle más tiempo de lectura al Boletín Oficial que al último libro de E. L. James o Paulo Coelho. Los planes de apagar el celular y tirarse como lagarto al sol, tampoco prosperaron en uno de los veranos más lluviosos de la década.

Se terminaba 2013 y comenzaba 2014, y a medida que dejamos atrás la primavera, nos topamos con una extensa sucesión de acontecimientos tales como la Conferencia Ministerial de Bali de la Organización Mundial del Comercio; la designación de nuevos funcionarios en áreas con injerencia en comercio exterior: Augusto Costa en Secretaría de Comercio, Carlos Sanchez y Beatriz Paglieri en la Dirección General de Aduanas; desde la Nación se anunció el Programa de Aumento y Diversificación de las Exportaciones (PADEx); se dispuso el aumento del recargo de ganancias al 35% para compras en el exterior con tarjetas; la AFIP dispuso la suspensión de la firma Nidera por... exportar trigo. Además, el colectivo Carta Abierta publicó su Carta número 15 en donde se propuso la creación de la Junta Nacional de Granos; mientras tanto, se replicaban las amenazas del gobierno nacional a productores para que vendan granos almacenados en silobolsas; a mediados de enero se producía la devaluación de la moneda tan reclamada por ciertos sectores exportadores; el Jefe de Gabinete de la Nación destacó en la agenda nacional la necesidad de importar tomates (hasta que llegó la réplica de los productores nacionales y hubo marcha atrás); la AFIP introdujo modificaciones al régimen de envíos postales y al régimen de courier; se fijó una novedosa percepción de ganancias a operaciones trianguladas de exportación. Promediaba Febrero, y mientras todo indicaba que se trataría de uno de los meses más lluviosos de la década, comenzaron a regir nuevas restricciones de hecho a las importaciones, obligando a los interesados a conseguir divisas en el exterior; en las últimas semanas se dispuso la creación de un Régimen de registración sistemática de movimientos y existencia de granos, modificaciones a la Ventanilla Única de Comercio Exterior (hasta ahora sólo un sello de goma) y al Sistema de Comunicaciones y Notificaciones Electrónicas Aduaneras (SICNEA). Y la lista probablemente podría continuar por algunos renglones más.

Conservarnos actualizados y pensantes, discriminando entre lo relevante y los datos fast foods con alta dosis de colesterol intelectual se presenta como un verdadero desafío. El reto es aún mayor cuando intentamos exponer nuestras reflexiones, compartirlas con otros just in time, de manera inteligible y clara.

Tal como lo decía en otra oportunidad, muchos de estos asuntos dominaron la escena mediática por algunos días o semanas, y tal vez ya no tenga sentido escribir sobre ellos ahora. O sí, ya que en medio de tanto desenfreno y obesidad normativa, encontramos varios bocadillos empalagosos y otros verdaderamente indigestos sobre los que me interesa reflexionar en futuras entradas del blog.
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13 de marzo de 2014

Diplomatura en Derecho Aduanero en la Universidad Austral

Otra propuesta académica interesante sobre Derecho Aduanero, esta vez de la Universidad Austral.
Se puede encontrar más información en este enlace, desde donde transcribimos:
La Diplomatura en Derecho Aduanero está dirigida a Abogados, Contadores, Licenciados en Comercio Exterior, Despachantes de Aduana, funcionarios de la AFIP DGA, miembros del Tribunal Fiscal de la Nación y del Poder Judicial, y otros profesionales con grado universitario o terciario vinculados a la actividad aduanera.

La Diplomatura, si bien ha de tener un contenido teórico básico que constituye el punto de partida del estudio propuesto, pretende sumergir al alumno en el análisis de los conflictos concretos y puntuales que en cada módulo se presentan. Este ejercicio y estudio llevará a los participantes a adquirir un conocimiento adecuado en identificar los conflictos actuales, muchos de los cuales son herencias de conflictos ya resueltos, y tratar de encontrar soluciones desde lo operativo, y proponer también donde corresponda modificaciones reglamentarias.

La Diplomatura se ofrece en 4 módulos que son cursados a lo largo de un año para totalizar un total de 124 horas de cursada:
    Módulo I: Derecho Aduanero, de la Integración y del MERCOSUR (7 clases)
    Módulo II: Aspectos operativos de importación y exportación (4 clases)
    Módulo III: Régimen arancelario aduanero
    Módulo IV: Delitos, infracciones y procedimiento aduaneros

La cursada de la Diplomatura se realiza cada quince días, los días martes por la tarde, en la Sede Recoleta (Cerrito 1250, CABA)
La Diplomatura en Derecho Aduanero se ofrece bajo dos modalidades: presencial y virtual.
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11 de marzo de 2014