por Nicolás Martín Cassanello
(publicado en Periódico Pausa, Anuario 2011)
Una camilla no convierte
a la habitación que la aloja en un quirófano. Se necesita de una
mesa para operar, instrumental y equipamiento acorde con la
complejidad de las intervenciones, medicación, médicos, enfermeros,
instrumentistas y otros profesionales...
De la misma manera, un
muelle no da cuenta de un puerto: se requiere dragado y balizamiento
de la vía navegable, operadores de terminales con servicios
competitivos, compañías de transporte que tomen carga, empresarios
dispuestos a importar o exportar por el puerto local, infraestructura
logística que permita el arribo de cargas por distintos medios,
remolcadores, elevadores de graneles, grúas y demás equipos para
movimiento de contenedores, balanzas fiscales, y la lista puede
continuar por varios renglones más.
¿Cómo debería
catalogarse hoy a la estación portuaria santafesina? Para gran parte
de la comunidad local se trata apenas de un paseo de compras, un
casino o una tierra de oportunidades inmobiliarias. Así lo entienden
inclusive muchos empresarios y funcionarios, pasando por alto que un
puerto es, por definición, un ámbito de transferencia de cargas, un
lugar de trabajo antes que de paseo.
Pues bien, desde mediados
de octubre la capital provincial está un poco más cerca de
concretar el aristotélico pasaje de “ser en potencia” un
pintoresco muelle litoraleño a “ser en acto” un punto activo de
la hidrovía. La buena nueva es que la empresa fluvial CARE SA
(Compañía Argentina de Remolques de Empuje) ha incorporado
formalmente al puerto de Santa Fe a su servicio regular de barcazas,
luego de más de un año de negociaciones entre la autoridad
portuaria local y directivos de la compañía. De esta manera, la
estación fluvial local contará con la presencia estructurada de la
barcaza cada 10 días, luego de 17 años (¡!) de ausencia de este
tipo de servicio regular.
El tráfico desde Santa
Fe será cubierto por la barcaza porta-contenedores CARE I, de
bandera argentina, que cuenta con una capacidad de carga de 320 TEUs
(unidad de medida equivalente a un contenedor de 20 pies, con
capacidad aproximada de 20 toneladas), pudiendo conectar a su vez
hasta 160 contenedores refrigerados.
La embarcación llegó el
miércoles 19 de octubre, descargando 44 contenedores vacíos para
ser empleados en futuras exportaciones, y partió con cinco
contenedores de miel destinados a la Unión Europea. En las semanas
siguientes la barcaza ha visitado la estación portuaria respetando
el cronograma previsto, permitiendo la exportación de miel y
semillas de girasol para el viejo continente, y se espera para los
primeros días de diciembre el arribo de carga de importación.
Parecen estar la pelota,
los arcos, el campito... ¿Qué razones tiene un empresario para
ponerse la camiseta del puerto santafesino?
Es sabido que los costos
logísticos se encuentran estrechamente ligados a la geografía.
Santa Fe se encuentra ubicada en medio del corredor que une el sur
brasileño bañado por el oceánico Atlántico con el eje central
chileno del Pacífico. Su situación se torna aún más privilegiada
al considerar su relación con la hidrovía Paraná-Paraguay, esa
autopista fluvial de 3400 kilómetros que riega 850 km de costas de
la “bota” santafesina. Los estudios coinciden en señalar que el
transporte automotor resulta competitivo en distancias cortas,
mientras que la vía acuática resulta imbatible en distancias
superiores a los 500 km. Algunos cálculos conservadores ubican los
costos del camión en un 250% por tonelada/km respecto de la vía
fluvial. Desde otro punto de vista, la elección de la terminal
santafesina por sobre el puerto de Buenos Aires se traduce en una
mejora económica que ronda los 400 dólares por contenedor de 20
pies. En esta misma sintonía, estimaciones privadas elevan la
magnitud del impacto económico en la región al considerar el manejo
de cargas del Puerto en su proyectada ubicación sobre el río
Paraná. Se calcula la generación de unos 800 puestos de trabajo y
un incremento en el consumo de la región de unos 85 millones de
pesos anuales. Considerando la seguridad de la cadena logística, se
advierte que la carga transportada por agua no está expuesta a
cortes de rutas y otros conflictos que se traducen en sobrecostos por
estadía de la carga, que ponen en riesgo el cumplimiento de plazos
contractuales de entrega. La presencia de siniestros es muy baja y la
piratería del asfalto nula, con lo cual se evitan jugosos pagos en
primas de seguro y custodia.
Por otro lado, teniendo
en cuenta aspectos ambientales: una barcaza puede trasladar la carga
de al menos 160 camiones, el consumo energético resulta tres veces
inferior y la vida útil estimada de las embarcaciones ronda los
cincuenta años. Hay un menor impacto en el medio ambiente.
Sin embargo, la presencia
de una barcaza no garantiza el inmediato y repentino vuelco del
comercio exterior regional hacia el puerto local. Una lectura
realista debe comprender que las compañías marítimas estructuran
la oferta de sus servicios desde Buenos Aires. Muchos operadores
logísticos son reticentes a modificar el status quo, mientras que
los empresarios locales tienen históricamente sus costos
determinados sobre aquel puerto y no ocultan cierto escepticismo
sobre el futuro del servicio fluvial. Tampoco se puede pasar por alto
que el resto de las terminales portuarias del sur provincial compiten
fuertemente y se esfuerzan por optimizar servicios, captar
inversiones y atraer carga.
Recobrar la operatividad
plena del puerto llevará tiempo. Permitirá, sin embargo, dilucidar
cuanto existe de convicción en el discurso “pro-puerto” de
funcionarios y empresarios y cuanto de retórica oportunista.
Reactivar el puerto requiere no sólo de números competitivos sino
de convicción empresaria y política, de erradicar una cultura
exportadora unitaria y de reconciliar a la comunidad con su histórica
identidad.
El artículo está basado en este post de fines de Octubre.
Aprovecho para agradecerles al Periódico Pausa por publicar este artículo, especialmente a Ezequiel Nieva (Director Propietario) y Juan Pascual (Secretario de Redacción).
Para todos quienes disfrutan, como yo, de mantenerse actualizados sin perderse en el agobio del día a día y gozar de una buena lectura con cierta perspectiva, les recomiendo esta publicación quincenal.
Las notas también pueden ser leídas en el blog www.periodicopausa.blogspot.com
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