Finalizando el primer trimestre de 2012, la Cámara de Comercio Exterior de Santa Fe (CaCESFe) realizó una encuesta entre sus asociados consultando sobre su opinión sobre las últimas medidas del gobierno nacional.
Considerando la gran disparidad de criterios respecto de la valoración de las mismas, se eligió este camino con el fin de adoptar una posición a nivel institucional que refleje
la opinión de todos o por lo menos de la mayoría de los miembros.
La encuesta es absolutamente anónima, garantizándose la absoluta confidencialidad en cuanto a la
divulgación de los nombres de cada uno de los
participantes.
Detallamos las preguntas realizadas y un resumen de sus respuestas, aprovechando para agradecer a la entidad la amabilidad en permitirnos divulgar esta información:
- ¿Su empresa se ve afectada por las restricciones a las importaciones?.
- ¿Qué importa su empresa?.
- ¿Su empresa se ve afectada por las restricciones a las importaciones?.
- ¿Hay insumos / productos nacionales que puedan sustituir los productos que importaba?
- ¿Su empresa exporta más de lo que importa?
- ¿Cómo considera que de mantenerse esta medida en el tiempo se verá afectada su actividad?
- ¿Cómo cree que estas medidas afectarán en general al país?.
Llamativamente (o no), son las empresas exportadoras las
que mayoritariamente se manifestaron y respondieron rápidamente la
encuesta.
Esto no deja de ser un fuerte llamado de atención, ya que
significa que comienzan a encenderse luces rojas en el conglomerado
industrial de la región, dejándose de percibir un futuro promisorio de
crecimiento por parte de las mismas.
Las respuestas provinieron de empresas de diversos
sectores industriales y hubo coincidencias acerca que algunos de los
procesos industriales corren riesgo de debido a la falta de
insumos básicos, materias primas, máquinas, implementos o máquinas
herramientas.
En cuanto a la sustitución por productos nacionales, hay
coincidencia en el sentido que muchos de los insumos que se importan no
se fabrican en el país, o en otros casos, sí se consiguen, son de menor
calidad y/o tienen un precio excesivo.
En relación a cómo se verá afectada la actividad de la
empresa, algunas manifestaron que ya están sintiendo la falta de algunos
insumos que resienten sus procesos productivos. La imposibilidad de
poder estimar tiempos “ciertos” conspira incluso contra la política de
ventas de la empresa (al no saber cuándo se conseguirán los insumos,
tampoco se puede planificar un plazo de entrega, más aún si se trata de
exportaciones). Además, la “espera” genera costos que incrementan los
precios de dichos productos (ej.: estadías en depósitos fiscales, etc.).
Otros, en cambio, han resuelto postergar inversiones para mejorar su capacidad productiva.
En relación a los impactos que generará para el país, las
opiniones se concentran en la preocupación que genera que se paralicen
las industrias por falta de insumos y en las restricciones que pudieran
determinar los países a los cuáles les estamos “cerrando” las
importaciones. Esto significa ni más ni menos, una caída en las
exportaciones.
Hay coincidencia en todos, que procesos como los
implementados por este gobierno, deben ser graduales, promoviendo
procesos industriales que garanticen la sustitución de productos
importados, en condiciones de calidad y cantidad como las actuales. Es
imposible pensar que se puedan sustituir el 100% de las importaciones.
Sí es menester, mediante la utilización de otros instrumentos, evitar el
ingreso de productos que generen competencia desleal con los producidos
localmente.
Se hace imprescindible trabajar en líneas de acción que
devuelvan la competitividad de las empresas argentinas que en este
último tiempo se han visto sumamente afectadas; de esta manera, no sólo
se garantizarían incrementos en las exportaciones, sino la posibilidad
de incorporación de nuevos procesos productivos que garanticen una real
sustitución de importaciones a lo largo del tiempo.
Un párrafo aparte debe señalarse respecto de los importadores netos y los servicios al comercio exterior.
En el primer caso, muchos de ellos, están teniendo
problemas de stock de mercaderías producto, básicamente, de 2
situaciones: demoras excesivas en la autorización de nuevas
importaciones y las expectativas de inflación y faltantes que miden los
consumidores que hacen que cuando antes compraban 1 ahora se llevan 2 ó
más. A esto se suma el hecho que tienen que armar una estructura de
exportación, buscando a algún exportador actual o potencial que le pueda
ceder, previo pago de ciertos gastos y comisiones, productos para
compensar sus importaciones.
Por último, los servicios también se ven afectados. La
reducción en el número de importadores / exportadores, o la dilación
entre una operación y otra, hace que los despachantes tengan menos
operaciones (aunque seguramente, incrementaron la problemática en cada
una de ellas). En cuanto a los fletes, los mismos se irán encareciendo,
ya que el cierre de importaciones, provoca, entre otros temas, que no
haya en el país contenedores vacíos, y por lo tanto y más aún,
atendiendo lo lejos que está Argentina del mundo, los fletes se irán
incrementando y por consiguiente afectando aún más, la competitividad de
las empresas del país.
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