por Nicolás M. Cassanello
Recientemente el Ente Administrador del Puerto de Santa Fe dio a conocer
información que revela el crecimiento exponencial del movimiento de carga.
Este desempeño no me sorprende, ya que algunos meses atrás lo anticipamos al participar de un Simposio sobre comercio internacional, y que posteriormente fue compartido en esta entrada.
Además, nuestro Estudio participó en el asesoramiento y gestión de buena parte de las exportaciones de graneles, por lo que me considero un testigo privilegiado y colaborador directo de esta elocuente performance.
El texto publicado por diario El Litoral señala:
El primero de los golpes llegó con el dictado de la tristemente célebre Disposición 1108/2013 de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación (sobre la cual expresamos parte de nuestras críticas en otra entrada del blog) que restringió los trasbordos de exportaciones argentinas en puertos uruguayos.
La medida ha perjudicado notoriamente a los puertos ubicados de San Lorenzo al Norte -Santa Fe, Diamante, Barranqueras- que encontraban en la terminal montevideana una excelente alternativa a las opciones que ofrecía Buenos Aires (en donde además se debe lidiar con gremios argentinos, aduaneros argentinos, y otros organismos públicos argentinos).
Desde entonces, las exportaciones fluviales desde la capital santafesina tienen una sola y exclusiva vía de salida, apoyados en el servicio que brinda la línea de barcazas CARE, que conecta con las Terminales porteñas.
El segundo mazazo fue asestado por el Decreto 2014/2013 del Poder Ejecutivo que elevó las alícuotas de los derechos de exportación del cinco al 32% para las premezclas para alimentación animal.
Esta mercadería representó el 84% de las exportaciones totales embarcadas desde el puerto, y el aumento arancelario del SEISCIENTOS CUARENTA POR CIENTO exterminó un circuito virtuoso que el año pasado brindó trabajo a unas 75 personas por día.
Más allá de las presiones que ejercieron ciertos sectores para entorpercer (cuando no para impedir, lisa y llanamente) estas exportaciones, entiendo que se podría haber fijado un aumento de alícuotas más moderado, ya que cobrar el cinco o diez por ciento de derechos sobre "algo" es preferible a percibir el 32% de "nada".
Cabe mencionar que no hay indicios de que las autoridades nacionales revean las medidas explicadas, al menos en el corto plazo.
Las amenazas, lamentablemente se hicieron realidad, y colocan al Puerto de Santa Fe (en rigor, a la comunidad, los empresarios, las autoridades locales y provinciales, los actores sociales) frente al desafío de divulgar, maximizar y aprovechar las ventajas que la plaza ofrece a los dadores de carga del centro-norte argentino y ofrecer una alternativa complementaria (no competitiva) para los puertos de up river.
A poco de comenzar la cosecha gruesa, es momento de arremangarse y regresar a la trinchera.
Recientemente el Ente Administrador del Puerto de Santa Fe dio a conocer
información que revela el crecimiento exponencial del movimiento de carga.
Este desempeño no me sorprende, ya que algunos meses atrás lo anticipamos al participar de un Simposio sobre comercio internacional, y que posteriormente fue compartido en esta entrada.
Además, nuestro Estudio participó en el asesoramiento y gestión de buena parte de las exportaciones de graneles, por lo que me considero un testigo privilegiado y colaborador directo de esta elocuente performance.
El texto publicado por diario El Litoral señala:
El Ente Administrador del Puerto de Santa Fe presentó ante la Mesa de Entidades Productivas el informe sobre el desenvolvimiento de la estación fluvial el año pasado, en el que se destacan datos que avalan el incremento del movimiento de contenedores, la evolución de graneles y la sostenida inversión inmobiliaria en esa jurisdicción.Los datos transcriptos más arriba permiten suponer que el 2013 fue un año perfecto para la terminal local, pero dos graves acontecimientos empañan notablemente el festejo.
A ello se suma la evolución de la mano de obra, especialmente la generada por contenedores. “No se pone en duda que los factores que condicionan la rapidez, la calidad y el costo de la manipulación son múltiples, pero es el elemento humano, representado por la mano de obra, el que debe ser considerado como el factor esencial y determinante”, se resaltó.
El informe del Ente actualizó la cifra sobre toneladas a granel que movió el puerto en los ciclos anteriores hasta el año pasado.
Así, la grilla de evolución señala que en el período 2006/2009 el total de toneladas en elevadores fue de 50.914, pero que en el 2010 ya alcanzó las 111.328 toneladas, cifra que se extendió a 161.433 en 2011, 173.256 en 2012, hasta sumar 236.465 toneladas el año pasado.
El espacio dedicado a la evolución del movimiento de contenedores reparó en un crecimiento notable desde que el puerto incorporó dicha actividad. En el período 2006/2009, operaron 98 unidades, que se ampliaron a 200 en 2010, a 987 en 2011, siendo más evidente lo sucedido entre 2012 y 2013. En 2012, se destacó el movimiento de contenedores que se elevó a 3.088, cifra que creció ampliamente el año pasado, cuando en la estación fluvial santafesina operaron 18.229 contenedores.
Durante el encuentro, los directivos del Ente destacaron, ante los representantes de las entidades, el desenvolvimiento del cluster de oficinas administrativas que funciona en la jurisdicción para atender la labor vinculada con los contenedores, como logística, despachos de aduana, saneamiento ambiental y comercialización y transporte.
Otro aspecto destacado del informe refiere a las inversiones localizadas en el ámbito del puerto capitalino. Las empresas dedicadas a elaborar alimentos, registraron el año pasado fuertes erogaciones. La firma Alimentos Vida destinó U$S 1.700.000 para construir oficinas y salón de usos múltiples en una superficie cubierta de 1.950 metros cuadrados. Por su parte, el grupo Sancor anunció la decisión de invertir U$S 5.100.00 para oficinas, consultorios y gimnasio. En el Dique 2 las inversiones son destinadas para completar el proyecto de torres, una de las cuales ya está finalizada (torre 1). Se destacó la inversión de U$S 6.940.000 para la construcción de la torre 2 (superficie cubierta: 7 mil m2) y de U$S 5 millones (superficie cubierta 12.900 m2) para la torre 3.
El primero de los golpes llegó con el dictado de la tristemente célebre Disposición 1108/2013 de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación (sobre la cual expresamos parte de nuestras críticas en otra entrada del blog) que restringió los trasbordos de exportaciones argentinas en puertos uruguayos.
La medida ha perjudicado notoriamente a los puertos ubicados de San Lorenzo al Norte -Santa Fe, Diamante, Barranqueras- que encontraban en la terminal montevideana una excelente alternativa a las opciones que ofrecía Buenos Aires (en donde además se debe lidiar con gremios argentinos, aduaneros argentinos, y otros organismos públicos argentinos).
Desde entonces, las exportaciones fluviales desde la capital santafesina tienen una sola y exclusiva vía de salida, apoyados en el servicio que brinda la línea de barcazas CARE, que conecta con las Terminales porteñas.
El segundo mazazo fue asestado por el Decreto 2014/2013 del Poder Ejecutivo que elevó las alícuotas de los derechos de exportación del cinco al 32% para las premezclas para alimentación animal.
Esta mercadería representó el 84% de las exportaciones totales embarcadas desde el puerto, y el aumento arancelario del SEISCIENTOS CUARENTA POR CIENTO exterminó un circuito virtuoso que el año pasado brindó trabajo a unas 75 personas por día.
Más allá de las presiones que ejercieron ciertos sectores para entorpercer (cuando no para impedir, lisa y llanamente) estas exportaciones, entiendo que se podría haber fijado un aumento de alícuotas más moderado, ya que cobrar el cinco o diez por ciento de derechos sobre "algo" es preferible a percibir el 32% de "nada".
Cabe mencionar que no hay indicios de que las autoridades nacionales revean las medidas explicadas, al menos en el corto plazo.
Las amenazas, lamentablemente se hicieron realidad, y colocan al Puerto de Santa Fe (en rigor, a la comunidad, los empresarios, las autoridades locales y provinciales, los actores sociales) frente al desafío de divulgar, maximizar y aprovechar las ventajas que la plaza ofrece a los dadores de carga del centro-norte argentino y ofrecer una alternativa complementaria (no competitiva) para los puertos de up river.
A poco de comenzar la cosecha gruesa, es momento de arremangarse y regresar a la trinchera.
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