30 de septiembre de 2015

Populismo (para todos, claro)

por NMC
“Lo que hace algunos años tímidamente se mencionaba como fantasma, hoy parece haber cobrado vida propia. Más allá de lo vidriosa que resulte su definición, hoy son pocos los que duda de que el populismo impregnó varios aspectos de la vida cotidiana Argentina. El comercio, lejos de ser una excepción, es uno de los ejemplos más claros.” 
Así comienza el artículo de Florencia Carbone, publicado en el suplemento “Comercio Exterior” de La Nación el pasado 4 de agosto.
Apenas unas semanas después, Carlos Andujar escribía una interesante nota en el suplemento “Cash” de Página 12 titulada “El ser populista”. Allí expresa que:
“Las ideologías liberales y conservadoras ven en los populismos la utilización de políticas sociales meramente distributivas, improvisadas, paternalistas y demagógicas, implementadas con el único fin de lograr apoyo político. Alusiones a la “corrupción”, el “avasallamiento de las instituciones” y el “republicanismo” que suelen escucharse en tiempos de campaña van en este sentido. 
Las ideologías marxistas ven en los populismos una estrategia de dominación política instrumentada por los sectores dominantes a fin de neutralizar la posible movilización autónoma de los sectores populares ante el fracaso del proyecto político económico oligárquico. Destacan que la movilización “desde arriba” de sectores populares, no necesariamente obreros, es utilizada como base de legitimación y conservación del orden burgués ante la imposibilidad de garantizar la hegemonía por otros medios. Los discursos de buena parte de la izquierda argentina mencionando que el macrismo y el sciolismo “son lo mismo” o invitando a votar en blanco en las últimas elecciones porteñas discurren en este sentido.”

Debo decir que coincido con muchas de las apreciaciones críticas que formulan los profesionales e intelectuales que aparecen citados en la nota de La Nación.  Sin perjuicio de ello, entiendo que al artículo le faltó contar con alguna una voz que defienda las políticas populistas impulsadas recientemente, esa pizca de pluralidad que permite contrastar y encontrar puntos en común y divergencias. Hete aquí el por qué de esta entrada en el blog.
Es más, considero que el artículo de Andujar presenta un ameno equilibrio discursivo, y su párrafo del final deja abierta una incógnita que cada lector deberá responder conforme a sus convicciones.
Extraído de "Asterix: El Adivino" de Goscini y Uderzo


“Siguiendo a Alvaro García Linera, los Estados latinoamericanos y sus respectivos proyectos políticos tendrán que superar nuevas y variadas tensiones. Las mismas girarán en torno de los procesos de democratización del poder, la ampliación de su núcleo duro para la construcción de hegemonía, la tensión entre los intereses sectoriales y los generales, la tensión entre crecimiento y el medio ambiente, la resolución de los cuellos de botella producto de dependencia económica externa, entre otros. Los populismos suelen hablarle al pueblo y en nombre del pueblo. Los tiempos que vienen, si se quiere realmente que estas tensiones (y las que surjan) se resuelvan a favor de las clases populares, deberán, cada vez más, escucharlo.” 
Estamos de acuerdo con la necesidad de democratizar el poder, de superar tensiones entre intereses generales y sectoriales y una larga lista de etcéteras... Y que todo ello no sea decidido por oráculos y pitonisas que interpretan esa recurrente falacia metafísica denominada "voz del pueblo". Como diría don Carlos Salvador B, "para mi eh, para mi".

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