Artículo publicado en Opinión Profesional, Revista del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Santa Fe
Suele ocurrirme, últimamente bastante seguido, que me cruzo
con amigos o conocidos en la calle que –al saber que trabajo en el rubro- me preguntan:
“¿Cómo está el Comercio Exterior, qué va a pasar?”. Honestamente, es una pregunta, o mejor dicho
dos, que meten presión a cualquiera, demasiado escuetas en comparación a lo que una buena respuesta –que nunca llego a
dar por distintas circunstancias del momento- implica.
A su vez, realmente tengo el convencimiento de que cuando
uno egresa de la Universidad tiene el compromiso insoslayable de poner lo aprendido al servicio de los
demás. Algo tan simple como eso… creer
que es totalmente posible mejorar el entorno a partir de nuestro trabajo de
todos los días… intentar jugar nuestras cartas de una manera que hagan pensar y
repensar al resto de los jugadores para el beneficio de todos. Si hacemos lo contrario, si dejamos los
conocimientos al servicio de uno mismo, caemos en la egolatría que sólo busca
el progreso personal. Sin ser ilusos, y
reconociendo que el saber tiene por fin
ser una herramienta de vida y de sustento, de traer el pan a la mesa, reitero
que puede y debe serlo de servicio sin dejar de ser lo anterior.
Es por todo que este mes pensé en un artículo para “Opinión
Profesional” que tenga otro color. Dar mi opinión, aceptando el costo de darla
y las críticas que pueda recibir, confiando en que quizás le sirva a
alguien. Aclaro que quiero responder a
esa pregunta tan amplia dejando un poco de lado la exposición excluyentemente
técnica que solemos hacer desde la Comisión de Comercio Exterior del CGCE, y
brindar un punto de vista más de entrecasa, al alcance de todos. Confieso que
cuando digo esto, es inevitable evocar al fallecido Dr. Eduardo Candioti,
reconocido profesional y docente de la UNL
y de la Universidad Adventista
del Plata (Entre Ríos), quien sobresalió en el consciente universitario no sólo
por su indiscutible capacidad profesional sino más por su simplicidad,
enseñando complejas fórmulas de Administración Financiera “a base de recetas caseras”
en un estilo coloquial y simple que nos inspiró a más de uno. Pido las
disculpas del caso.
Primero voy hacer una breve descripción de la situación
existente de base y después comentar las acciones que está desarrollando el Gobierno en la materia, para recién al
final dar mi opinión al respecto.
1) Problema
de base
El saldo de la Balanza Comercial surge de restar las
importaciones a las exportaciones en un período dado. Es conveniente que para
un país el saldo sea positivo porque es una importante fuente de Reservas.
Ahora bien, desde el 2003 a la fecha, las importaciones fueron incrementándose
año a año, en general, más que
proporcionalmente de lo que lo hicieron las exportaciones. Se cerró el 2011 con
una balanza positiva de algo más de 10 mil millones de dólares, la más baja de
la era K. Si a esto le sumamos el desequilibrio energético, que prevé para 2012
un déficit en el saldo comercial de combustibles de más de 6.000 millones de
dólares , entonces, sabemos que conservar el saldo positivo de la Balanza para
2012 es una aventura difícil.
2) Algunas
acciones que viene desarrollando el Gobierno:
a) Ajuste en
las políticas de Licencias No Automáticas de Importación:
Las licencias no automáticas son una suerte de “permiso
previo” que hay que pedir para poder importar y que tienen una demora que por
Acuerdo de la OMC que hemos firmado no puede ser superior a 30 o 60 días según la forma de trámite que
aplique nuestro país de las dos que da este organismo. En Argentina existen 17 licencias de este
tipo. Abarcan todo tipo de productos, algunos, intensivos en relación a la
ocupación de mano de obra, como lo son el calzado y sus partes, o los productos
textiles; pasando a otras mercaderías como pelotas, juguetes, papel,
bicicletas, artículos para el hogar, neumáticos, motocicletas, productos
metalúrgicos, hilados y tejidos, tornillos y afines, autopartes, y dos que
merecen atención especial por lo redundante y preocupante amplitud que implica
su denominación: “Certificado de
Importación de Manufacturas Diversas”, y
creada con posterioridad a aquella, en marzo 2009: “Certificado de
Importación de Productos Varios”. Los plazos mencionados para su otorgamiento
no se cumplen. Antes se producían muchas presentaciones de Recursos de Amparo
por parte de profesionales del derecho para poder desaduanizar la mercadería.
Pero el Gobierno reaccionó a esto con la creación del SISCO (Sistema Integrado
de Comercio Exterior) que no es más que una plataforma web en la página de
Secretaría de Industria y Comercio donde ahora se empieza el trámite por
internet. Pero para iniciarlo se requiere de un usuario y clave, y para
obtenerlos se pide documentación papel, y es en esta parte donde hoy se
producen las demoras. Conclusión: es imposible presentar un Recurso de Amparo
para solicitar que se nos autorice una licencia si jamás fue pedida a
Secretaría por internet.
b) Declaración Jurada Anticipada de Importación
La AFIP creo en enero de este año un “Régimen de Información
Anticipada” aplicable a todas las importaciones definitivas. En la práctica
esta declaración la hace el Despachante de Aduana, por Sistema María, informando qué productos
una empresa desea importar. Los organismos adheridos para ver esa información,
conforman una “ventanilla electrónica” que sería como una suerte de una mesa
redonda (o cuadrada mejor dicho) invisible, y dan el visto bueno a estas
importaciones (o no), observando, rechazando o autorizando total o parcialmente
las operaciones que se informan anticipadamente. Dentro de estos organismos
está la AFIP, la Secretaría de Comercio Interior (SCI) que preside Guillermo
Moreno y otros organismos de menor importancia. La realidad es que más allá de
ser un Régimen Informativo, si la operación no está en estado autorizado, no se
puede importar, embarcar, ni pagar al exterior. Con lo cual opera como una
licencia encubierta. En los últimos tiempos se ha venido flexibilizando un
poco, pero al principio empresas netamente exportadoras tuvieron dificultades
para importar insumos críticos e incluso se denunciaron faltantes en el mercado
doméstico de productos que no tienen producción local, incluso de medicamentos.
Vale decir que en caso de que la DJAI resulte observada, se requiere presentar
un Plan de Compensación de Importaciones en el ámbito de la SCI, de la cual no
existe normativa de respaldo.
Este mecanismo lleva en la actualidad a que
empresas exportadoras “vendan” a
importadores saldos exportables desde un 3% hasta un 10% de comisión
aproximadamente sobre el valor exportado (que opera como una transferencia de recursos
entre sector importador al sector exportador).
La herramienta que utilizan
normalmente para llevar a cabo esto es la “Exportación por Cuenta y Orden de
Terceros”. La empresa que necesita importar documenta la exportación en aduana
por cuenta y orden del titular de la
misma, lo que implica un desconocimiento de este instrumento puesto que según
RG AFIP 2000/06, exportador técnicamente es el titular de la mercadería y quien
documenta es un simple intermediario.
Se produce así una desnaturalización del
Régimen ya que el beneficiario que normalmente era el titular de la mercadería
que contrataba a otro para que documente en su nombre facilitándole el acceso a
un mercado por ejemplo, pasa a ser el propio documentante que se beneficia
engrosando exportaciones en su CUIT para luego poder importar. Por otro lado,
difícilmente al país le proporcione exportaciones genuinas ya que no se trata
de exportaciones nuevas, sino que simplemente, lo que antes exportaba A, ahora
lo exporta B.
c) Declaración
Jurada Anticipada de Servicios:
También se creó un Régimen de Información respecto de
transferencias por Servicios. En este
caso la información la presenta la persona con clave fiscal desde la web de
AFIP. Están alcanzados por el Régimen los servicios prestados a residentes del
país por sujetos del exterior, cuando la retribución de estos sea igual o mayor a USD 100.000 o el monto de
cada cuota sea igual o mayor a USD 10.000. En la práctica cuando esto se
verifica, el Banco está exigiendo al prestatario que presente el contrato en
papel que respalde ese servicio y copia del
Estatuto de la empresa para corroborar que el Objeto Social sea
compatible con el mismo. En relación al
contrato, el derecho comercial descansa gran parte de sí mismo en los usos y
costumbres, y por ende no siempre se dispone del mismo. No obstante, su
exigencia infranqueable ha obligado a algunos importadores de servicios a su
gestión.
d) Seguimiento
de Pago de Importaciones (SEPAIMPO)
En 2010, por Comunicación A 5060 BCRA se estableció un
sistema similar al ya existente en exportaciones (SECOEXPO), para seguir con
más detalle los pagos por importaciones. Creo positivo este Régimen, porque
hasta ese momento el control de las transferencias de importaciones se asentaba
casi por completo en papel (intervención de la hoja 2 de los despachos de
importación por parte del Banco).
e) Sistema de
Operaciones Cambiarias:
En Octubre de 2011 se crea por RG AFIP 3210 un sistema
previo de informe y registro de las operaciones de venta de divisas que se van
a cursar por las entidades habilitadas. Este sistema además de informar opera
como licencia puesto que si en el mismo el resultado del registro indica que el
operador es inconsistente, no se habilita la operación.
f) Plazo de
Ingreso de Divisas en exportaciones:
Por la Resolución MEP 142/12, hubo una drástica reducción de
los plazos de ingreso de divisas para exportaciones a 15, 90 o 360 días
corridos a contar desde el cumplido de embarque, (simplificando para el lector,
a contar desde que se exportó). Se exceptúan de estos plazos los exportadores
que en 2011 hayan exportado por menos de 2 millones de dólares (Res. MEP
187/2012). Si la operación es entre empresas vinculadas, la exportadora dispone
de sólo 15 días corridos independientemente del tipo de mercadería (algo que
también está motivando el uso de la herramienta de Exportación por Cuenta y
Orden de Terceros, desnaturalizándola también por esta causa).
g) Pago de
derechos con plazo de espera:
Se tornó mucho más estricta la aplicación de la RG 2435/2008
“Garantías Aduaneras”, obligando más frecuentemente que antes el pago de los
derechos de exportación “de contado”, impidiendo el uso en estos casos de la
simple garantía por declaración jurada que hacía el despachante del exportador
en el Sistema María (uso de ventaja DEJUAUTO). Vale mencionar que se ser
posible “pagar con espera” se pueden pagar los derechos con 15 días
corridos que se cuentan a partir del día
siguiente al libramiento de la mercadería, o 120 días corridos (si la empresa
exportó en el año anterior por menos de 20 millones de dólares), o ingreso de
divisas, lo que ocurra primero.
h) Pago de
Reintegro de Exportación y Recupero de IVA:
Algunos organismos como la CERA vienen denunciando atrasos
importantes en los pagos de reintegros de exportación y recupero de IVA.
En lo que refiere a reintegros, por Instrucción DGA 7/2012 se paralizaron los
mismos a empresas que tengan incumplimiento de ingreso de divisas y por
Instrucción DGA 2/2012 se instó a las dependencias aduaneras correspondientes a
sancionar a los exportadores con incumplimientos.
3) Opinión.
Está a la vista que la situación del Comercio Exterior hoy
en nuestro país es cuanto menos, vertiginosa. Los operadores están trabajando
lo mismo que antes para resolver la mitad de los problemas. Por otra parte, el
sentido de las medidas parece ser exclusivamente restringir las importaciones y la salida de
divisas, en la mayoría de los casos, sin generar industria local, sino
cambiando de manos las exportaciones. Por otro lado, vemos que el gobierno no
pone el mismo énfasis que pone en desalentar las importaciones, para apoyar a
los exportadores. Simplemente la necesidad de caja hace que éstos reciban más presión, para
cobrar sus exportaciones y pagar antes los impuestos.
El tipo de cambio semi-anclado y el techo que
significa el precio de la competencia (con Europa y Estados Unidos con una
situación económica difícil y precios en algunos rubros muy competitivos), más
los costos crecientes de mano de obra y
materiales e insumos, hacen que los márgenes se estén achicando
preocupantemente para quienes exportan.
¿Qué va a pasar?. Si alguno de nosotros
lo supiéramos, ni Usted estaría leyendo este artículo, ni yo lo hubiese
escrito, seguramente estaríamos en otro lado. Respecto de lo que ocurre puertas
adentro de nuestras fronteras, y sin desconocer que no soy economista ni
pretendo serlo, me limito a decir que
tal vez el Gobierno podría mirar el problema de la balanza comercial un poco
más desde la vereda de las exportaciones, pensar en otras soluciones, tal vez devaluar integralmente no sea la
respuesta adecuada por el efecto inflación, pero a lo mejor un tipo de cambio
múltiple podría discutirse.
Y creo también que en este momento difícil de la
economía, más que nunca debe ponerse la lupa en los diferentes sectores. No es
lo mismo el industrial, que el que despacha commodities, que los pequeños
productores de economías regionales. Les traigo a colación que hace poco tiempo
tuve el placer de ir a capacitar a un Grupo Exportador de miel de la Provincia
de Entre Ríos, conformado por pequeños productores y coordinado por una persona
de Entre Ríos con vinculación a la Fundación Exportar. Este tipo de gente es
una demostración cabal de lo que significan las ganas de progresar y de lo que
estoy diciendo en relación a contemplar la diferencia entre sectores en las
medidas que se apliquen.
En lo que atañe a las repercusiones de las políticas locales
puertas hacia afuera, quiero decir que Argentina hoy lidera el ranking de la
Global Trade Alert (GTA) con mayor cantidad de medidas proteccionistas en el
mundo. Dejemos en claro que hablar de proteccionismo ya no es mala palabra,
todos los países lo son en mayor o menor medida, cuando de defender sus
intereses se trata. Ocurre que no es sustentable
en el tiempo, al menos mientras las reglas de juego de la OMC no cambien. Ello
ya nos ha valido durante la última reunión del Consejo del Comercio de
Mercancías, de la Organización Mundial de Comercio, un llamado de atención
(Declaración Conjunta firmada por Australia, la Unión Europea, Israel, Japón,
Corea, México, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, Suiza, Taiwan, Tailandia,
Turquía y los Estados Unidos) que podría transformarse en una denuncia en el
futuro.
Ahora, le pregunto yo a Ud. ¿Qué va a pasar?.
(*) el autor es Contador Público Nacional (UNL), Especialista en Operaciones de Comercio Exterior (UNR) y Despachante de Aduana
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